lunes, 5 de marzo de 2007

Desodorantes domésticos


Ya hemos dicho que los egipcios amaban los perfumes. En un
clima tan caluroso como el de Egipto, el ambiente de dormitorios,
etc. seguramente sería sofocante. Ellos quemaban toda suerte
de hierbas y aceites aromáticos para perfumar y fumigar sus
casas. Esto no haría que tuvieran falta de oxígeno pues las casas
estaban abiertas hacia el interior, y en cambio, el humo podía
ser útil para alejar molestos insectos voladores que entraban
y salían con total libertad. En el Papiro Ebers se mencionan
remedios para combatir las picaduras de moscas y mosquitos.
Las moscas no les picaban si estaban embadurnados de
grasa de pájaro hnw y los mosquitos tampoco los atacarían si se
aplicaban aceite de moringa en la piel.

Por otra parte, insectos de suelo y roedores eran una pesadilla
para los egipcios, en cuyas casas se almacenaba grano, y
comida puesta a secar. Para combatir a los más dañinos que
eran los roedores, ellos frotaban con grasa de gato los sacos
que contenían el trigo, y los rincones de la casa. Esto se
suponía que alejaba a los ratones.
Pero para reforzar el remedio en las casas solía haber gatos.
Y esto si era eficaz realmente.

También en el papiro Ebers encontramos curiosas recetas para
mantener a las serpientes en su nido e impedirles salir, y para
alejar a los lagartos.

En cuanto a las necesidades fisiológicas, Herodoto ya decía que:

¿los egipcios hacen sus necesidades en casa, pero comen fuera,
en las calles, alegando, al respecto, que las necesidades poco
decorosas -pero ineludibles- hay que hacerlas a solas, ya la
luz pública las que no lo son¿

Esto nos da idea de que en algunas casas existían aseos
y dispositivos para la evacuación de las necesidades fisiológicas.
Todo esto tendría cabida en otra lección, pero lo he querido
mencionar para dar cuenta de que debían tener cuidado y
perfumar el ambiente de sus hogares

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.